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Hábitats
El Complejo lagunar de la Albuera es enclave privilegiado
de tres tipos de hábitats prioritarios del Anexo I
de la Directiva
92/43/CE:
hábitat “estanques temporales mediterráneos”
(código 3170), hábitat “estepas salinas”
(código 1510) y hábitat Zonas subestepáricas
de gramíneas y anuales (Thero- Brachypodietea) (código
6220).
Además, el espacio también incluye zonas de
“dehesas perennifolias de Quercus spp.” (código
6310) y Matorrales termomediterráneos y pre-estépicos
(cod. 5330) que son hábitats (no prioritarios) del
Anexo I de la Directiva 92/43/CE. |
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Fauna
Durante
el período reproductor, las aves acuáticas más
representativas son: focha común (Fulica atra), somormujo
lavanco (Podiceps cristaus), zampullín común
(Tachibaptus ruficollis), ánade friso (Anas stepera),
cigüeñuela (Himantopus himantopus), fumarel caribalanco
(Chlidonias hybridus), canastera (Glareola pratincola) y avefría
(Vanellus vanellus). En invierno destacan las importantes
poblaciones de anátidas, como ánsar común
(Anser anser), cerceta común (Anas creca), ánade
rabudo (Anas acuta), pato cuchara (Anas clypeata), ánade
silbón (Anas penelope) o porrón común
(Aythya ferina), así como de un núcleo de invernada
de grulla común (Grus grus) de más de 1.000
individuos. En paso migratorio destaca la presencia de espátula
(Palatea leucorodia), cigüeña negra (Ciconia nigra),
andarríos bastardo (Tringa graleola) y cerceta carretota
(Anas quequedula). En las dehesas de encinar circundantes
son frecuentes elanio azul (Elanus caeruleus), águila
calzada (Hieraaetus pennatus), ratonero común (Buteo
buteo), rabilargo (Cyanopica cyana) y milano real (Milvus
milvus). En las zonas de pastizales y cultivos que circundan
las lagunas, destaca la presencia de avutarda (Otis tarda),
sisón (Tetrax tetrax), aguilucho cenizo (Circus pigargus),
ortega (Pterocles orientalis), ganga (Pterocles alchata),
calandria (Melanocorypha calandra) o terrera común
(Calandrella brachydactyla). En total, se han inventariado
más de 150 especies de aves que ponen de manifiesto
el valor de este complejo lagunar endorreico más importante
de Extremadura.
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Flora
Entre las lagunas naturales destaca la Laguna Grande, con
un cinturón perilagunar que la bordea en su totalidad
y que está compuesto por especies de Juncus, Carex
y Scirpus; además, existe un pequeño tamujar
(Securinea tinctorea). En épocas de estiaje, el cinturón
perilagunar descrito tiende a ser sustituido rapidamente por
cardos (Erigium spp.).
Las orillas de las charcas artificiales presentan, en la mayoría
de los casos, un desnivel muy acusado y por tanto suelen carecer
de vegetación, a excepción de dos charcas de
Valdelagrana, una con Tamarix africana y otra con una tupida
mancha de vegetación palustre formada por especies
de Phragmites y Juncus.
En los terrenos circundantes destacan las formaciones de encinar,
principalmente dehesas y chaparrales, con otras especies asociadas
como Cistus ladanifer, Cistus monspeliensis, Cistus crispus,
Retama sphaerocarca, Dahpne gnidium, Crataegus monogyna y
Pyrus bourgeaneae.
Los pastizales naturales, generados tras la eliminación
de los encinares, destacan por la presencia de numerosas especies
de gramíneas y leguminosas adaptadas al pastoreo ovino
(majadales de Poa bulbosa y Trifolium subterraneum) |
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Valores Hidrogeológicos
Se trata del complejo húmedo endorreico más
importante de Extremadura, formado por 7 lagunas naturales
y 4 charcas artificiales ubicadas en arroyos próximos.
Todas ellas son de régimen estacional y aguas dulces.
Dichas lagunas naturales son llamadas “la Grande”,
“la Llana”, “de la Marciaga”, “del
Junco”, “del Carril”, “del Burro”
y “la Chica”. Las charcas artificiales están
construidas con diques de tierra en los cauces de los arroyos
que discurren en las proximidades de los cortijos de “Valdelagrana”
y “La Natera”. Además, hay un número
indeterminado de pequeñas charcas estacionales que
cubren una superficie máxima aproximada de un centenar
de hectáreas y cuya presencia está condicionada
por el régimen anual de lluvias.
La distancia entre las lagunas más alejadas, concretamente
la laguna “del Carril” y las charcas de Valdelagrana,
no alcanza los 10 kilómetros en línea recta,
mientras que las tres lagunas principales (“Grande”,
“Llana” y “de la Marciaga”) están
comprendidas en una extensión de terreno inferior a
los 3 kilómetros cuadrados. Las orillas de las charcas
artificiales presentan, en la mayoría de los casos,
un desnivel muy acusado, mientras que en la laguna más
grande la profundidad máxima supera escasamente el
metro, teniendo una superficie de unas 40 hectáreas.
Resulta muy singular el hecho de que se localicen sobre la
pequeña meseta antes descrita, lo que parece avalar
su carácter de zona de recarga del acuífero.
La abundancia o escasez de lluvias juega un papel determinante
en el ciclo anual del Complejo lagunar, ya que puede permanecer
seco durante largas temporadas, incluso años, coincidiendo
con los años de sequía.
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