El Conventual de San Francisco es un edificio vivo y abierto todo el día a distintas actividades pero si levantamos la vista en el claustro veremos que la actividad aérea tampoco cesa y que los proyectos de reproducción van a buen puerto.

Los nidos de Cigüeñas son un espacio en las alturas del que asoman los picos negros de los cigueñinos siempre hambrientos y dispuestos a probar sus herramientas de vuelo que muy pronto serán plenamente funcionales.

La Grajilla grajea en los picachos de la iglesia sin inmutarse por el tañir de las campanas que anuncian la 8 de la tarde.

De pronto todo el cielo se llena de primillas que sobrevuelan a gran altura esta peculiar colonia urbana.

En la veleta se posan un macho y una hembra y luego otra pareja mas que vienen a acicalarse en el punto mas alto del lugar que luego servirá de dormidero.

En una repisa mas abajo los viajes con insectos se suceden, de la repisa al nido que esta en frente bajo una teja. La llamada de la madre provoca el piar de las crías que demandan con impaciencia el Grillo, Ecalopendra, o Saltamontes de turno.

Cada 10 minutos de repite la operación y con ello se garantiza el éxito de una pollada y de la colonia.