Dirección General de Medio Natural

A los restauradores, constructores y arquitectos.

Como fase previa cuando se vaya a acometer la restauración de algún viejo edificio o vivienda en desuso, habría que tener en cuenta la posibilidad de que los murciélagos hayan colonizado parte de estos edificios en busca de refugio. Aunque no siempre es fácil localizarlos de manera directa, pues pueden resguardarse por resquicios de apenas dos centímetros de diámetro, sí podemos prospectar su presencia de manera indirecta, siendo la forma más sencilla a través de las acumulaciones de guano. El guano de los murciélago, de color negruzco o pardo y forma alargada, sólo podría en principio confundirse con los excrementos de roedores (ratones o ratas) pero con la particularidad de que los de estos tienen una consistencia compacta mientras que los de murciélagos se deshacen ante una mínima presión –desmenuzándose en los indigestos restos quitinosos de los insectos de los que se alimentan. Visto así sólo resulta similar a los excrementos de las salamanquesas, pero los de estas llevan una bolita lechosa (que se corresponde con la urea) en un extremo, y tampoco los encontraremos en acúmulos, sino esparcidos normalmente por las paredes. Una vez reconocida la presencia de guano sabremos, según su apariencia (más o menos reciente) que esa parte del edificio es o ha sido utilizada como refugio por parte de los quirópteros, y así podremos hacer algo al respecto ante de realizar obras que como en el caso de tratamiento de maderas han resultado en el envenenamiento de las colonias.